miércoles, 22 de agosto de 2012

Inevitable recordar…




Desde que llegó, cada rincón de este lugar le ha traído a la memoria miles de momentos y sensaciones que son parte del principio de la historia de amor que está viviendo y que ha hecho de su vida algo maravilloso…

Asomada al balcón recuerda como empezó la aventura en aquel paisaje marítimo…

Como aquella tarde, llena de instantáneas, donde supo que era el hombre de su vida. Donde le perseguía con el objetivo de su cámara y robaba su imagen por la orilla, donde intentaba acercarse cada vez mas y donde, entrada ya la noche, decidieron dejar de temblar y fundirse en uno de los besos mas intensos y esperados…

También recuerda las noches abrazados, tirados en colchones, mientras la brisa que entraba por la ventana los acariciaba. Recuerda sus manos, sus labios, su mirada… Esa sensación de tranquilidad y protección que él le daba…
Y esos amaneceres, donde al abrir los ojos se encontraban frente a frente y llegaban los buenos días cargados de besos…

Aquellas tardes en la playa, abrazados en el mar… Viendo atardeceres mágicos.
O paseando bajo las estrellas…

Recuerda también todos los rincones de la casa donde está, cada habitación le trae una imagen diferente, pero igual de hermosa. Caricias, besos, abrazos, sentimientos, palabras, sonrisas… Sus ojos…

Y como no recordar uno de los momentos más bellos… En plena madrugada, asomados a ese mismo balcón, él la miraba con dulzura, ella sonreía… Y se decían el uno al otro todo lo que sentían…



Tomó aire, sonrió… Y un par de lágrimas de felicidad recorrieron su mejilla.
Ella era feliz, muy feliz… Y aunque en ese momento él no estuviera a su lado para abrazarla, el viento que comenzó a levantarse se convirtió en sus brazos… Y pudo sentir como la abrazaba en la distancia…






Gracias por llenar mi vida de historias… De recuerdos…
De felicidad…

Te quiero… 

***

1 comentario:

  1. Bonito relato y buen blog, aunque veo que no actualizas desde agosto. ¿Continuará? :-)

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