sábado, 17 de julio de 2010

Mi pobre corazón...

Todo se derrumba y es tan fácil,
todos mis castillos son de arena,
todo lo que sueño es tan frágil,
todo lo que bebo es tu ausencia.

Y mi pobre corazón de hierro
se me fue oxidando con las penas.
Y este tengo sueño y no me duermo,
este fuego que ya no calienta.

Todo lo que canto es tan estéril,
todas las canciones son la misma.
Muy pocas personas, demasiada gente.
Diferente sangre de una misma herida.

Y mi pobre corazón de hierro
se me fue oxidando con las penas.
Y este tengo sueño y no me duermo,
este fuego que ya no calienta.

Mi pobre corazón oxidado
Mi pobre corazón encogido
Mi pobre corazón todo el daño
Mi pobre corazón todo lo bueno vivido

Mi pobre corazón lo mas malo
Mi pobre corazón lo divino,
lo valiente, lo cobarde, lo esperado,
mi virtud y mi defecto, mi barranco y mi camino.

Mi pobre corazón no importa que sea pequeño
Mi pobre corazón siempre te hecha de menos
Mi pobre corazón que no le caben ya las penas
Siempre que me duele me lo llevo de verbena

Mi pobre corazón que me mantiene con vida
Mi pobre corazón siempre la luz encendida
Mi pobre corazón que a veces quiere salir
Mi pobre corazón que está enganchado al speed

Mi pobre corazón en directo
Mi pobre corazón en domingo
Mi pobre corazón en pelotas
Mi pobre corazón en Fa sostenido

Y mi pobre corazón... Se me fue oxidando.
Y mi pobre corazón... Mira que siempre está llorando.



(Corazón oxidado - Fito y Fitipaldis)

***

sábado, 10 de julio de 2010

Tus ojos...

Te vi un punto y, flotando ante mis ojos,
la imagen de tus ojos se quedó,
como la mancha oscura orlada en fuego
que flota y ciega si se mira al sol.

Adondequiera que la vista clavo,
torno a ver las pupilas llamear;
mas no te encuentro a ti, que es tu mirada,
unos ojos, los tuyos, nada más.

De mi alcoba en el ángulo los miro
desasidos fantásticos lucir;
cuando duermo los siento que se ciernen,
de par en par abiertos sobre mí.

Yo sé que hay fuegos fatuos que en la noche
llevan al caminante a perecer;
yo me siento arrastrado por tus ojos,
pero adónde me arrastran, no lo sé.



(Rima XIV - G. A. Bécquer)

***